Fernando Castro Borges
Uno de los temas globales que más lastiman en el presente siglo, es la Crisis Alimentaria, la cual, es un término para explicar cuando los países o personas no logran satisfacer las necesidades de alimentos, en otras palabras, se hace presente la falta de comida o alimentos para satisfacer las necesidades de las personas.
De acuerdo al Banco Mundial, en su reporte de septiembre de 15 de septiembre del presente año, menciona que, la Crisis alimentaria mundial se ha agravado en parte por el creciente número de restricciones al comercio de alimentos establecidos por los países con el objetivo de aumentar la oferta interna y reducir los precios.
Mientras que la FAO ha considerado la causa de este lamentable fenómeno se debe a la mala distribución y la falta de políticas efectivas que permitan enfrentar la crisis alimentaria. En “The State of Food Security and Nutrition in the World 2021: Transforming food systems for food security, improved nutrition and affordable healthy diets for all”; publicación a cargo de La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), se concluyó, que se estima que para el 2020 existieron entre 720 y 811 millones de habitantes en el mundo que sufrieron hambre, lo que representa un aumento de aproximadamente 161 millones comparado con 2019.
Para el caso mexicano el Dr. Víctor Manuel Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural Federal, considera que el entorno global está teniendo un impacto altamente negativo en la seguridad alimentaria. El titular de SADER, afirmó en publicación del Financiero del 05 de abril del presente año: “A los problemas generados por la pandemia provocada por el Covid-19, se suman los impactos en la producción de alimentos y de insumos para la producción agrícola, causados por la invasión de Rusia a Ucrania”.
En respuesta a lo anterior está creciendo un colectivo en el estado de Chiapas, denominado “Adopta un Árbol”, el cual reporta, que está acción social ha crecido hasta un 100% en este 2022. Gerardo Gleason, quien es el que encabeza estos esfuerzos, manifiesta que este año se han obtenido resultados que motivan; se han incorporado a la causa que abandera más personas comprometidas con el medio ambiente y la productividad, lo que es gratificante con el movimiento que se está llevando a cabo.
La respuesta a esta gran cruzada, de adoptar un árbol va en aumento, hay más interés por parte de vecinos, así como de varios directores de escuelas, además de contar con diversos comisariados ejidales, que contactan a esta organización, a fin de llevar a cabo jornadas de siembra de árboles en sus comunidades.
En los diferentes lugares donde han llegado, se genera un compromiso con el medio ambiente y de reflexión con la necesidad de tener una cultura de sustentabilidad alimentaria. No es solo la entrega de árboles, no solo se reforesta, o se instalan huertos; sino, se crea una conciencia social de la importancia de que estos árboles lleguen a un buen crecimiento, a un buen fin el cual beneficiará a toda la comunidad buscando tener una visión de independencia alimentaria.
El trabajo de este colectivo chiapaneco es entregar los árboles ya maduros, que van desde los 6 meses hasta los 8 meses, o inclusive hasta un año de edad, de guanábana o de limón persa. Esta donación a los poblados y escuelas van acompañadas de una plática sobre la importancia de la siembra y una capacitación para poder llevar a cabo un cultivo exitoso. El éxito de esta acción es el involucramiento de todos los vecinos para el cuidado de estas matas, con el objetivo prioritario de que lleguen a una madurez y una productividad deseada.
Este movimiento se está extendiendo de manera acelerada, se reporta que para el próximo año llegarán a más municipios chiapanecos como Cintalapa, además de que se tiene considerado atender a Tapachula, Tonalá y Arriaga. Gerardo Gleason, representante de “Adopta un Árbol”, se siente confiado que en poco tiempo pueda llegar a comunidades de estados del sureste de México, considerando una adecuada coordinación con las familias, las escuelas y las autoridades.
Esta tarea es loable, existe un compromiso con el medio ambiente y con la productividad alimentaria; este quehacer es una opción a la que se debe apostar. Es un compromiso de todos, en donde la suma de voluntades es parte de la solución, los niños, jóvenes, escuelas, universidades, padres de familia, autoridades de los municipios y estados deben de estar involucrados, la sustentabilidad alimentaria es un tema integral ya que actualmente es uno de los temas más alarmantes en el mundo.
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