Redactor: Laura
Un estudio reciente descubrió que los animales de la sabana africana sienten un mayor temor al escuchar voces humanas que los gruñidos de los leones. Los investigadores encontraron que, al oír conversaciones humanas, la mayoría de las especies huyen más rápidamente en comparación con la reacción al escuchar a los grandes depredadores. Este hallazgo arroja luz sobre el impacto significativo que la mera presencia de los humanos tiene en el entorno natural.
Durante milenios, los humanos han cazado animales en una escala que nos convierte en superdepredadores, superando incluso al león, el principal depredador de África. Un estudio anterior estimó que la tasa de depredación humana es 10 veces mayor que la de los grandes carnívoros. Con base en esto, un grupo de ecólogos del Parque Nacional Gran Kruger decidió investigar cómo reaccionan los animales ante el sonido de ambas amenazas.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores colocaron sistemas de cámaras y altavoces cerca de fuentes de agua que emitían conversaciones humanas o gruñidos de leones al aproximarse los animales. Los sonidos fueron emitidos a un nivel constante de 60 decibelios. Los resultados, publicados en la revista Current Biology, mostraron que los animales tienen el doble de probabilidad de huir al escuchar voces humanas en comparación con los gruñidos de leones o sonidos de caza.
La Dra. Liana Y. Zanette, bióloga de la Universidad de Ontario Occidental y autora principal de la investigación, destacó la importancia del estudio en el campo de la ecología del miedo. Zanette y su equipo han demostrado que el miedo puede tener efectos en cascada en la cadena alimentaria.
Un aspecto relevante es que el Parque Nacional Gran Kruger prohibió la caza hace décadas. Sin embargo, el temor a los humanos parece prevalecer a pesar de la ausencia de caza. Estudios similares en otras regiones del mundo también han demostrado que diversas especies de animales tienden a huir más de los humanos que de sus depredadores naturales.
Los resultados llevan a reflexionar sobre la conservación y cómo la mera presencia humana puede afectar a la fauna silvestre. Aunque podría considerarse limitar la interacción entre humanos y animales, Zanette advierte sobre las consecuencias de tomar medidas extremas, especialmente en África, donde el turismo juega un papel crucial en la financiación de los parques.
En palabras de la Dra. Zanette: “Lo peor que le puede pasar a los parques y áreas protegidas de África es que los turistas dejen de ir, así que dígales a los lectores que sigan yendo allí y animen a más personas a ir”.
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