En México, uno de los mecanismos de comunicación más efectivos de la última década, es el servicio de mensajería conocido como WhatsApp.
Se tiene estimación al mes de agosto de 2023, alrededor de 92 millones de usuarios en México contamos con esta aplicación, con lo cual, resulta muy efectiva al establecer vínculos de trabajo, de amistad, familiares, todo esto se incrementó de manera muy importante durante los meses de encierro con motivo de la pandemia que apenas acabamos de superar hace un par de años.
El primer comentario que resulta pertinente realizar está orientado a los vínculos de trabajo dado que, en muchos casos, diversos documentos en formatos que corresponden a paquetería office se envían de manera común por medio de WhatsApp. También documentos en formato PDF y por supuesto fotografías y videos.
La aplicación permite incorporar contactos sin límite, generar grupos, comunidades, nuevas difusiones, así como ocupar de ser necesario el paquete empresarial.
El segundo rubro que es el de círculos familiares, que como ya lo he mencionado con mayor énfasis con motivo de la pandemia, se incrementó el envío de información por medio de este servicio de mensajería como un mecanismo efectivo de intercambio de información, ubicación, mensajes de voz, textos, videos y por supuesto incorporó a muchas personas de más de 65 años su uso regularmente para mantener comunicación con sus hijas e hijos, así como familiares en general, todo esto por la poca movilidad a la que nos vimos obligados a partir de finales del mes de marzo y en muchos lugares, hasta la fecha.
Tratándose de amistades, por supuesto depende en mucho del entorno generacional que rodea a las personas, pero es común que personas de todas las edades incluidos jóvenes, la ocupen para el envío de información.
Por supuesto, hay muchas personas que ocupan WhatsApp, para enviar videos, memes, chistes y chismes diariamente, en algunos casos puede resultar abrumador por la generación extraordinaria de contenido o la integración de grupos de vecinos o de personas que se vieron favorecidas por trabajar desde casa y recibir instrucciones de sus supervisores o mandos regularmente por medio de esta aplicación.
Hay quienes ocupamos el WhatsApp más allá de aspectos familiares y de amistad, para enviar temas inherentes a nuestra actividad profesional. Al respecto, resulta muy interesante que les de a conocer las reacciones de mis amistades o conocidos, dado que ha sido diversa. Algunos contestan como una muestra de cortesía y atención, otros mas, solo dejan en visto los envíos sin manifestarse ni a favor, ni en contra, hay quienes optaron sin más por bloquearme, quizá pensando que en el mundo de envíos efectuados ni cuenta me daría, sin embargo, soy de los que reviso uno a uno de mis contactos con cierta regularidad, a todas las personas que así lo hicieron, les envío un saludo y lamento haberlos incomodado, por supuesto que me importa su lejanía, porque no podrán disfrutar por ejemplo de la liga con la cual estaré compartiendo el contenido de este artículo. Está por demás decir, que no podrán compartir conmigo algún aspecto de su vida, en el cual puedan considerar que les puedo ser útil en algo.
Hay algunos casos, quizá los menos de este último grupo, mucho mas civilizados, que optaron por contestarme amablemente que evitara el envío de lo que publico en Facebook, con lo cual, confirmo plenamente que es mil veces mejor recibir una respuesta en aprecio a una amistad que decidir ignorar las manifestaciones de vida de mi parte o decidir bloquearme por considerar que no puede haber interlocución con mi persona.
Salvada esta explicación, el interés por escribir algunos de los alcances de que el WhatsApp tiene ya desde hace algunos años en nuestras vidas, genera reflexiones importantes en torno a su uso como parte de los procesos electorales que están en curso.
Por supuesto, que existe en esta nueva normal que vivimos en el país, la necesidad de aprovechar herramientas como redes sociales y diversos mecanismos remotos que permiten que las propuestas de candidatas y candidatos, se den a conocer a través de mecanismos, sean redes sociales, prensa escrita, radio y televisión, entre otros, no obstante, en la experiencia internacional, en específico tratándose de WhatsApp, ya hay antecedentes importantes, por el contenido, el gasto, el periodo en que se envía el mensaje, en fin, muchos factores que inclusive en México comenzaron a ser visibles en la última campaña federal presidencial y concurrentes de 2018 y federal intermedia y locales posteriores.
Pareciera que el uso de la herramienta no tiene costo, sin embargo, cuáles son los mecanismos con los que cuenta la autoridad electoral para darle seguimiento al importante número de mensajes a través de WhatsApp, y que pueden tener muchos efectos en aspectos de fiscalización, como un ejemplo el gasto asociado a la producción de videos, con todo lo que implica: locaciones, actores, actrices, sets de grabación, porque he de aclarar, que la experiencia vista a lo largo de muchas campañas políticas, nos lleva a concluir que muchas candidatas y candidatos, les gusta mostrarse muy bien ante la ciudadanía, no es suficiente un video casero a partir de un teléfono celular, se requiere de producción y eso, por regla general, tiene costos asociados que la autoridad electoral debería revisar.
Por otro lado, otro de los efectos, es el uso no autorizado de bases de datos para enviar mensajes vía WhatsApp, para lo cual, utilizan números de los llamados desechables para el envío de mensajes, de manera que no haga identificable a la persona por el apego que pueda tener una línea telefónica que se encuentra a nombre de una persona determinada sea física o moral.
Como usuarios de WhatsApp, al momento de dar de alta el servicio en nuestra línea telefónica, a la mayoría de las personas que conozco, les he preguntado si leen de manera íntegra lo que se denomina “Información legal de WhatsApp” y la respuesta es no. Hasta el momento, no he conocido un caso, seguro lo hay, que, a partir de la lectura de ese apartado legal, lo que coloquialmente se denomina como “letras chiquitas”, rechace el uso de la aplicación y no lo utilice por considerar que sus políticas de servicio y política de privacidad en sus funciones como son la Llamada de WhatsApp y WhatsApp para navegador y computadora no ofrecen garantías suficientes de seguridad.
Algo que vale la pena realizar, es entrar en el ícono de Configuración de la Aplicación, acto seguido acudir al ícono de Ayuda y a partir del despliegue que realiza entrar en “Condiciones”, con la finalidad de conocer, el alcance que se establece como parte del servicio que ofrecen.
Si revisamos la experiencia electoral asociada a la aplicación en otros países, tales como Brasil, Colombia, España, India, entre 2018 y 2019, nos encontramos que muchas candidatas y candidatos han ocupado esa aplicación con fines electorales y algunas de las autoridades de esos países han avanzado en definiciones en torno a Protección de Datos Personales y otros rubros asociados.
La garantía del servicio que ofrece la aplicación impediría conocer, si es que eso es posible, el contenido de los mensajes por parte de un tercero, aún cuando esté justificado en una investigación que la autoridad realice como parte de un proceso de posible sanción para quien haya violentado la privacidad de las personas, enviando mensajes a número de teléfono que, en evidente circunstancia, no conoce a sus destinatarios.
El marco normativo de nuestro país obligaría a las personas que consideren que se está violentando algún derecho político electoral, al recibir uno o varios mensajes de WhatsApp con contenido explícito de alguna candidata o candidato que haga evidente que está solicitando apoyo popular por esa vía.
La autoridad electoral tendrá que avanzar en esta materia, de frente a unas elecciones complejas que, por efectos de la pandemia, las candidatas y candidatos voltearán a ver con mayor interés aplicaciones como WhatsApp, como una herramienta mas de comunicación masiva ya sea para enviar propuestas o bien, para descalificar denostando inclusive a sus adversarios, con mayor énfasis de lo que fue ocupada durante las campañas de 2018 y posteriores.
A ti, ¿acaso te gustaría recibir propuestas de campaña en la intimidad de tu WhatsApp?
Antonio Horacio Gamboa Chabbán
Maestro en Derecho Político y Administración Pública
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