Este año, Open AI, una importante empresa de tecnología, presentó GPT4-o, un nuevo modelo de lenguaje con capacidades sorprendentes en la interacción con texto, imagen y audio. Este avance ha generado debates sobre el futuro de la enseñanza de idiomas.
En videos publicados después del lanzamiento, se muestra cómo dos personas utilizan un dispositivo móvil para comunicarse con GPT4-o, solicitándole traducciones del inglés al español y viceversa, permitiendo una comunicación fluida entre hablantes de diferentes idiomas.
La pregunta clave que surge es: ¿Tiene sentido seguir aprendiendo idiomas si nuestros dispositivos pueden "hablar" y "entender" cualquier idioma?
Algunos argumentan que la inteligencia artificial podría hacer que el aprendizaje de idiomas sea innecesario, relegándolo a especialistas. Sin embargo, otros consideran que la inteligencia artificial podría mejorar el proceso de aprendizaje, facilitando tareas como la redacción, traducción y corrección de textos.
El aprendizaje formal de idiomas, regulado por instituciones educativas, podría enfrentar desafíos con el avance de la inteligencia artificial, que propone nuevas formas de evaluación y prácticas pedagógicas. Por otro lado, el aprendizaje informal, impulsado por plataformas como DUOLINGO, ha experimentado un crecimiento significativo.
Aunque el futuro del aprendizaje de idiomas es incierto, es probable que siga siendo crucial en entornos profesionales y culturales diversos. Además, aprender idiomas potencia nuestras habilidades cognitivas y analíticas, lo que sugiere que la inteligencia artificial podría complementar y enriquecer este proceso educativo en lugar de reemplazarlo por completo.
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