Por Daniel Lee
Por 816 millones 786 mil pesos Se concretó la compra de la marca y activos de la extinta Mexicana de Aviación; las cinco representaciones laborales involucradas, aceptaron la “oferta” del gobierno que, a manera de un supuesto rescate, lanzó a través del padre de la titular de la STPS, el abogado laborista, Arturo Alcalde Justinani.
Pero realmente como rescate no será tal. No habrá ni siquiera un proceso de la aerolínea que considere acompañamiento de los ex trabajadores de la aerolínea.
Así es, estarán solos los 8 mil 600 ex trabajadores de la extinta Mexicana, ni mucho menos el resarcimiento ni económico ni laboral que vienen pidiendo desde hace 12 años.
El viernes 5 la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA), cuya secretaria general Ada Salazar Loza asumirá hasta febrero próximo se apersonó en el Auditorio del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) en Río Neva No. 16, Col. Renacimiento, en la alcaldía Cuauhtémoc para participar en la Asamblea General Extraordinaria, en la que se informó sobre el avaluó y venta de la marca Mexicana de Aviación S.A. de C.V., que entrego el gobierno federal, a través de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).
La marca, y activos, implican alrededor de 407 millones de pesos; el Centro de Adiestramiento, en 210 millones; las oficinas de Guadalajara, en 86 millones; las de Balderas de la CdMx, en 29 millones; un simulador Thomson, en 8.6 millones, y otro Singer, en 1.2 millones.
La 4T ofreció a los sindicatos de jubilados, pilotos, sobrecargos, trabajadores de tierra y coalición de empleados de confianza, 741.8 millones de pesos, algo así como 38.4 millones de dólares.
En 2015, una valuación privada encargada por el síndico de la quiebra, Alfonso Ascencio Triujeque, arrojó una cifra de 135 millones de dólares, cantidad que se depreció a 75 millones en 2017.
En esos años además de lo que ahora valuó el INDAABIN, se incluían los recintos fiscales y varios motores de Airbus, mismos que ahora no se contemplan.
De esta manera pasará al control de la Secretaría de la Defensa, que a cargo de Luis Cresencio Sandoval, para ser explotada por la nueva aerolínea del ejército que se planea lanzar.
Hasta ahora trasciende que los sindicatos de pilotos y de sobrecargos, que lideran respectivamente Humberto Gual y Ada Salazar Loza, se han pronunciado por tomar la propuesta, misma situación del gremio de los jubilados y la coalición de empleados de confianza, que representan en cada caso Fausto Guerrero y Alfonso Martínez.
El único sindicato que ha expresado su rechazo a vender el Centro de Adiestramiento, las oficinas de Guadalajara y CdMx y los simuladores es el de trabajadores de tierra, que encabeza Tomás del Toro, que incluso ha condicionado también la venta de las marcas para que se haga a través de un fideicomiso. Ni hablar, así las cosas. Hasta la próxima.
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