• Están en diferentes entidades académicas; fueron diseñados con plantas nativas del Valle de México
Con el desarrollo e implementación de cuatro jardines para polinizadores, especialistas de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoUS) de la UNAM ofrecen espacios permanentes en diferentes sedes de la Universidad para que abejas, abejorros, avispas, inclusive murciélagos, obtengan alimento.
El subdirector de Campus Sustentables de la CoUS, Alfonso de la Vega Rivera, explicó que se instaló un jardín en cada entidad: Facultad de Psicología, Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, Escuela Nacional de Trabajo Social y la Escuela Nacional de Estudios Superiores Juriquilla.
“La Universidad tiene una responsabilidad social muy grande porque es la más importante del país y es pública; debemos sensibilizar a la sociedad sobre las problemáticas socioambientales en las que estamos inmersos y probables rutas de solución. Es por esto que consideramos que es muy importante que las actividades de la CoUS salgan más allá de la Universidad”, señaló.
Existe una relación estrecha entre las flores y los insectos, y con otros animales. Además de las abejas hay otros polinizadores, algunos de ellos no tan bien vistos; por ejemplo, los murciélagos que desempeñan un papel importante en el ecosistema del Pedregal para polinizar prácticamente todas las especies de agaves y plantas del sitio.
En México, de 316 plantas cultivadas 85 por ciento depende directamente de los polinizadores. El problema es que en el último cuatrienio se perdieron en nuestro país mil 600 millones de abejas, con graves repercusiones en la polinización y en la producción de miel.
Contar con lugares donde esos insectos y otras especies encuentren alimento, es clave para su supervivencia, destacó el también investigador.
“Estos espacios son ejemplo que hemos reproducido en varios lugares, y son laboratorios donde los alumnos pueden venir, conocer y aprender lo que representa la polinización y las especies, tanto animales como vegetales, y también hemos tenido gran participación de los trabajadores, que son un eslabón fundamental en el cuidado de la Universidad”, aseveró.
De la Vega Rivera informó que los jardines fueron diseñados con plantas nativas del Valle de México por lo que brindan alimento a polinizadores locales, por ello en cada área se instalaron especies diferentes. Una cantidad importante fueron donadas por la Dirección de Obras a través de la Coordinación de Áreas Verdes, y otras por el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM.
El experto detalló que en el caso del jardín instalado en el CCH-Sur se tomó en cuenta que es un puente de conexión entre Ciudad Universitaria -donde se encuentra la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, con vegetación nativa- y la zona sur de la Ciudad de México con el Bosque de Tlalpan, el parque de Ecoguardas y el Parque Ecológico de la CDMX.
“Para nosotros es muy importante porque es como un punto de paso para los polinizadores, sobre todo abejas, murciélagos, mariposas, moscas, todos son importantes. Las abejas son el grupo de polinizadores más visible, porque de ahí sale la miel y muchos de los cultivos frutales dependen de las abejas, pero hay otras especies y grupos de animales que también son importantes en la polinización”, precisó.
En los jardines, enfatizó, es mejor colocar plantas nativas porque de lo contrario se corre el riesgo de quitar oportunidades a los polinizadores de la zona; por ejemplo, las mariposas monarca cuyas poblaciones han disminuido por el uso de agroquímicos y la pérdida de biodiversidad en Estados Unidos y Canadá. Por ello, se sembró algodoncillo para que se alimentaran, a fin de favorecer su presencia en México, pero esto ha tenido efecto negativo, pues se observa que los patrones de migración se modificaron, alertó De la Vega Rivera.
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