Proyecto Chunún, escenificación teatral concebida para difundir el proceso creativo a través de plataformas digitales.
Luego de siete meses de trabajos, de pláticas para definir el tema de la obra de teatro a presentar, de un proceso exhaustivo de documentación y de ensayos no en foro sino en una casa y ante cámaras de video, el montaje Proyecto Chunún, cuyo motivo son los 500 años de la caída de Tenochtitlan, se estrenó de manera virtual el pasado fin de mes por los canales de difusión de Teatro UNAM.
Se trata de una escenificación especial, pues fue concebida con el objetivo de difundir el proceso creativo a través de plataformas digitales.
Es así que varias de las etapas antes de “levantar el telón”, como la discusión que el equipo de DOSCE La Compañía –a cargo de la iniciativa– tuvo para definir el concepto de la pieza, las pláticas con investigadores y fuentes orales que los asesoraron, los ensayos y otros momentos creativos, así como la primera representación, fueron transmitidos en vivo y quedaron grabados.
Y no sólo eso, sino que además al término de las sesiones proyectadas, interactuaron con los usuarios, quienes manifestaron sus inquietudes, externaron sus dudas e, incluso, dieron propuestas que se tomaron en cuenta para la versión final.
Con ello se consiguió que el “usuario-espectador” se involucrara en cada etapa de creación y pudiera conocer lo que pasa tras bambalinas o, en este contexto de crisis sanitaria, tras la cámara.
Es la segunda ocasión que Teatro UNAM impulsa este ejercicio como parte del programa Residencia Expuesta. La obra figura, también, entre las actividades de México 500, un vasto programa académico y cultural con más de 250 actividades en torno a la conmemoración de la caída de Tenochtitlan para entender las consecuencias de aquel suceso histórico en la contemporaneidad.
Mito fundacional
Fue en octubre pasado cuando Teatro UNAM comisionó a DOSCE La Compañía, grupo de teatro originario de Tamaulipas con 16 años de existencia, la propuesta que terminó por llamarse Proyecto Chunún. Luego de una reflexión colectiva y de varias lecturas, el grupo coincidió en la necesidad de transmitir dos mensajes: uno, que México es fruto de un accidente relativamente joven –el encuentro de dos otredades hace 500 años– y, por lo tanto, somos un país en construcción –idea que refuerzan con movimientos fluidos en la representación–. Y dos, aunque la raíz indígena de la nación en que vivimos “no crea en todos la conciencia de ser mexicanos, es indudable que el enorme pasado indígena genera en nuestro territorio contemporáneo una enorme huella y es una de las columnas más importantes de nuestra diversidad cultural”.
La pieza se desenvuelve en torno a varias interrogantes y una certeza. Los actores exponen dudas sobre el mito fundacional de México, sobre su propio origen, sus antepasados y la historia nacional que van resolviendo y discutiendo en colectividad. Por otro lado, todos están seguros de que la denominada conquista fue un proceso de “genocidio en contra de los indígenas”, que tiene repercusiones aún ahora, donde lo indio es ofensa y no cultura, donde los indígenas han sido marginados y discriminados.
“¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Venimos del maíz? ¿Todos somos indios?”, se oyen las preguntas en algún punto de la escenificación, disponible en el canal de YouTube de Teatro UNAM.
Al término del estreno, el equipo dedicó un tiempo para dialogar con los espectadores virtuales y reflexionar lo que el montaje provocó en cada uno. “Es un poco extraño estrenar la obra y (al mismo tiempo verte a través de la pantalla), la sensación de todo lo que hemos vivido, caminado y hecho a lo largo de este proyecto”, expresó la actriz Coral Turribates.
La directora Sandra Muñoz y las actrices Carolina Bringas y Lucirene-Gómez reconocieron que el proyecto les ayudó a reconciliarse y reconocer la relevancia de su pasado y sus ancestros. Luisa Esmeralda Garza, también actriz, dijo que se le quedó enquistada una pregunta: “¿Qué tanto de lo que hago viene de mí y mi presente, y qué tanto viene de mis antepasados y antepasadas?”.
Algo parecido le pasó al actor Diego Herrera: “¿Qué tanto ignoro de mí mismo por ignorar mi origen? Pienso que seguimos siendo conquistadores de nosotros mismos todo el tiempo. A 500 años para mí no hemos dejado de conquistarnos y de seguir oprimiéndonos a nosotros mismos. Y me pregunto: ¿Qué tanto me ha importado? ¿Dónde he estado yo? ¿Dónde están mis acciones, dónde estarán a partir de ahora?”.
DOSCE La Compañía está conformada, además, por Sergio Aguirre, Víctor de Jesús Zavala, Isaac Martínez, Orlando Villanueva y Jesús Torres.
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