Redacción Frida
El reciente descubrimiento del 'Homo Naledi' ha reavivado el interés sobre la evolución humana, llevando a un replanteamiento sobre nuestros orígenes y el árbol genealógico de nuestra especie.
El hallazgo del Homo Naledi en 2014 desencadenó preguntas sobre el origen de la humanidad. Investigaciones más recientes en 2021, publicadas en la revista eLife y realizadas por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, revelaron vértebras fósiles de Australopithecus sediba, un pariente humano extinto de hace dos millones de años. Daniel García Martínez, de la Universidad Complutense de Madrid, explica que estos fósiles marcan el inicio del género homo.
Los científicos respaldan la teoría de la evolución en base a evidencias como el 99% de similitud genética con los chimpancés y los bonobos. Además, la resistencia de microbios a antibióticos evidencia la evolución en acción.
Un conflicto habitual es la interpretación literal de la Biblia que contrasta con la evolución. Sin embargo, muchos creen que la fe y la ciencia pueden coexistir.
La evolución opera mediante mutaciones aleatorias en el ADN. Las adaptaciones beneficiosas tienden a propagarse, lo que lleva a cambios en las especies. Nuestra propia evolución se remonta a 7 millones de años, con múltiples hitos, como el descubrimiento de herramientas de piedra más antiguas que los primeros homos y el uso del fuego que catalizó avances cognitivos.
Un estudio en Nature Human Behaviour sugiere que los neandertales ya utilizaban simbolismo, indicando una tradición cultural transmitida entre generaciones.
En cuanto a la localización geográfica, la mayoría de las pruebas apuntan al sur o este de África como el origen de la humanidad, con migraciones influenciadas por cambios climáticos y adaptaciones ambientales.
Un estudio polémico de 2019 en Nature propuso que el humedal Makgadikgadi-Okavango en Botsuana fue el lugar de origen de los humanos modernos, aunque esta teoría sigue en debate.
Respecto a la búsqueda del "eslabón perdido", no existe tal eslabón, ya que monos y humanos han evolucionado por caminos separados desde un ancestro común.
Finalmente, se espera que la evolución humana continúe, aunque pueda manifestarse de formas no tradicionales, como en cambios tecnológicos o culturales, influenciados por la acción del ser humano en el medio ambiente.
Un reciente estudio sobre el Gigantopithecus, publicado en 2019, arrojó luz sobre la historia evolutiva de este primate a través del análisis del ADN en esmalte de un molar fósil de aproximadamente dos millones de años.
Comments