Todavía recuerdo la noche del 3 de mayo de 2021 como si hubiera sido ayer. No podía creer lo que estaba viendo en el televisor. Pasadas las diez de la noche de ese día un tren de la Línea 12 se desplomó entre las estaciones Tezonco y Olivo. Hasta ese momento no sabíamos cuántas personas estaban afectadas, pero, pese a la hora, el viaje hacia la terminal Tláhuac iba saturado de pasajeros por lo que seguro – pensé – las víctimas iban a ser innumerables. En total fueron 26 muertos y más de cien heridos.
Ese día seguí viendo las noticias hasta después de las tres de la mañana, todavía sin poder creer lo que veía: un Metro humeante completamente derrumbado sobre las calle y los reportes y las especulaciones se suscitaban una tras otra y se hablaba de gente atrapada entre los vagones.
Lamenté el grave accidente y al mismo tiempo pensaba que se había acabado la carrera política de muchos, entre ellos de Claudia Sheinbaum Pardo como jefa de gobierno; de la entonces directora general del Metro, Florencia Serranía Soto; de Marcelo Ebrard Causabon, secretario de Relaciones Exteriores, exjefe de gobierno de la Ciudad de México y quién se encargó de inaugurar la Línea 12 de manera apresurada el 30 de octubre de 2012, un mes antes del cambio de administración, pero con diez meses de retraso de lo planeado. Para ninguno hubo consecuencias; ni siquiera fueron llamados a declarar.
Desde su apertura siempre se habló de que la Línea 12 estaba mal construida. Incluso desde el 12 de marzo de 2014 hasta finales de 2015 fue cerrado el tramo desde la terminal Tláhuac hasta la estación Culhuacán para ser sometida a correcciones y mantenimiento mayor. La empresa ICA, Carso y Alsthom fueron los responsables de la obra original.
Después del accidente, fueron citados a declarar diez funcionarios de administraciones anteriores, pero ninguno está en la cárcel. Jorge Gaviño -- ligado con la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo --, quien fue director del Metro el sexenio anterior, fue amenazado con una posible acusación por falta de mantenimiento del Metro; para evitar ser llamado a declarar simplemente se adhirió a Morena y ahora es jilguero o vocero de ese partido.
A tres años del fatal accidente todavía no hay una conclusión sobre las causas, pero se habla de la falta de mantenimiento. Sin embargo, insisto, responsables de la actual administración nunca fueron ni siquiera citados a declarar, como Florencia Serranía, quien ahora ya está trabajando en la campaña de Claudia Sheinbaum; tampoco Marcelo Ebrard fue llamado a comparecer ante las autoridades e igualmente ahora es candidato a senador por Morena.
Apenas en el debate del domingo 28 de abril, la ahora candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, nunca lamentó el accidente y el drama de las muertes y los heridos. Sólo se limitó a mencionar que ahora la Línea 12 ya está funcionando nuevamente en su totalidad y punto.
El gobierno de López Obrador y de la Ciudad de México le apuestan al olvido y a la impunidad en el accidente de la Línea 12 del Metro. Hay muchos responsables, pero ninguna acusación formal y ninguno de su administración.
Miles de personas viajan diario ahora por la Línea 12 de Tláhuac a Mixcoac después de reinaugurada. Ojalá que nunca más vuelva a suceder un accidente de esa magnitud y que algún día paguen los responsables del crimen del 3 de mayo de 2021.
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