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México: primer país del mundo que podría erradicar la cisticercosis

Ha sido históricamente uno de los países a la vanguardia en la investigación básica y clínica sobre este parásito, informa Agnes Odile Marie Fleury, de Biomédicas.

En México hay una tendencia a la baja en los casos de cisticercosis, enfermedad infecciosa endémica en la mayoría de las naciones de América Latina, el sudeste asiático y el África subsahariana. Aunque el problema permanece en las zonas rurales del país, donde se concentran insalubridad y pobreza, se reciben menos pacientes en el hospital y los casos nuevos son personas adultas que se infectaron hace unos 20 años.


Afirmó lo anterior Agnes Odile Marie Fleury, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas y jefa de la Clínica de Neurocisticercosis en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).


En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que era la principal afección transmitida por alimentos en esas áreas, y su presencia es claramente un marcador de pobreza, expuso en la conferencia México: ¿Primer País en erradicar la Cisticercosis en el Siglo XXI?, ofrecida en París durante el Mes de México en la Sorbonne.


En el evento en línea, organizado por la Sede UNAM-Francia (Centro de Estudios Mexicanos) y la Sorbonne Université, la neuróloga detalló que el cerebro es el órgano afectado con mayor frecuencia por esta enfermedad, aunque su gravedad es variable: “A veces es benigna con pequeños quistes, y otras puede ser muy grave, comprometiendo incluso la vida de los pacientes”.


La teniasis es una infección intestinal ocasionada por un parásito conocido como tenia (Taenia solium) que se transmite al ser humano mediante la ingestión de quistes larvarios (cisticercos) presentes en la carne de cerdo poco cocinada.


Los portadores humanos excretan los cisticercos en las heces y contaminan el medio ambiente cuando defecan al aire libre o en letrinas, como ocurre en zonas marginadas con condiciones insalubres. Muchas veces, los cerdos no controlados consumen las heces contaminadas y luego son comidos por las personas de comunidades rurales.


Tras su ingestión, los huevos de T. solium se transforman en larvas en varios órganos del cuerpo humano, produciendo cisticercosis, y cuando alcanzan el sistema nervioso central pueden causar síntomas neurológicos (neurocisticercosis), en particular epilepsia.


Vanguardia en investigación

Fleury aseveró que México ha sido históricamente uno de los países en la vanguardia en la investigación básica y clínica sobre este parásito, así como en las medidas preventivas implementadas.


Desde los años 40 del siglo pasado, un grupo de médicos exiliados españoles, entre ellos Dionisio Nieto, trabajaron sobre la cisticercosis y fundaron el Laboratorio de Estudios Médicos y Biológicos de la UNAM, antecedente del actual Instituto de Investigaciones Biomédicas, donde un consolidado grupo de científicos continúa el estudio de esta afección desde su parte básica y aplicada.


Hoy en día, existe una Norma Oficial Mexicana para controlar la infección en zonas rurales, que a lo largo de las décadas ha permeado entre la población, a la que se le recomienda cercar a los cerdos en el campo, tener aisladas de ellos las letrinas y profundizar medidas de higiene como lavarse las manos y cocer bien los alimentos.


“Si bien ningún país del mundo ha logrado erradicar esta parasitosis desde hace más de 50 años, hoy se observa una disminución significativa de los casos en México, nación que podría ser la primera en erradicar este padecimiento en este siglo”, comentó Fleury.


Explicó que el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía es un organismo de tercer nivel, en donde se reciben pacientes graves que no se han tratado en hospitales locales.


“En México hay una recopilación de todos los casos derivados de los hospitales públicos y, si hacemos una valoración estadística de todos los nosocomios públicos de México, en todo el territorio nacional vemos claramente una tendencia a la disminución, a la baja.”


Fleury dijo que es una excelente noticia, aunque hay que tener precaución porque la estadística se hace sobre casos de hospitalización.


También se observa en el INNN una tendencia progresiva de la edad de los pacientes hospitalizados. “Esto se puede interpretar como que hay pocos casos nuevos detectados, y los que tratamos en la actualidad son pacientes que quizá se infectaron hace años y desarrollaron la enfermedad 20 años después”.


La investigadora recomendó que sigan las medidas de higiene en las comunidades, y que se acceda a información sobre esta importante mal.





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