Fernando Castro Borges
Los manatíes, se definen como mamíferos marinos de gran talla, su cuerpo con forma cilíndrica termina en una cola que asemeja a una cuchara. En promedio, miden de 2.8 a 4 metros de largo, con un peso de entre 400 y 550 kilogramos. Tienen dos brazos; parecidos a las aletas; en las que se encuentran cuatro uñas, en cada una. Sus cabezas y sus caras son arrugadas con bigotes en el hocico.
Habitan en aguas cálidas y poco profundas como ríos lentos, estuarios, bahías de agua salada, canales y zonas costeras.
El Manatí ha estado presente en la vida de esta región caribeña, recordemos que los primeros españoles que tocaron las Costas Mayas en el siglo XV, aseguraban haber visto a sirenas, ya que observaron a este mítico mamífero amamantando a sus crías, asemejando a una madre amorosa abrazando a su hijo.
Otra historia más reciente se dio a inicio del presente de siglo, un Manatí llamado por los pobladores como “Daniel”, que se encontraba en esta área natural en 2004, fue rescatado en la Laguna Guerrero a seis kilómetros de Chetumal, en 2003. Fue criado en las instalaciones del Centro de Atención y Rehabilitación de Mamíferos Acuáticos, para posteriormente ser liberado el 13 de mayo de 2016, internándose en la Bahía de Chetumal.
Este ejemplar de manatí del Caribe o antillano mide 2.31 metros de longitud y pesa, en promedio, 210 kilogramos.
Además de lo anterior, y debido a la presencia de estos mamíferos en la Bahía de Chetumal se determinó que se requería Monitoreo Satelital del Manatí Daniel con participación comunitaria; conocer la calidad del agua, implementar estrategias de desarrollo comunitario, así como la Implementación del Programa de Educación Ambiental.
Por ello y dando formalidad se promulgó 24 de octubre de 1996, en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado se declaró Zona Sujeta a Conservación Ecológica y el 8 de abril de 2008, donde se cambió a Reserva Estatal, concediendo a la Bahía de Chetumal como Santuario del Manatí.
La importancia del área protegida, que representa el 15% de la superficie del Estado estriba en el cuidado del hábitat de varias especies amenazadas o en peligro de extinción, entre las que destacan el manatí que fue tomado como bandera para crear este santuario.
Sin embargo, otras especies también son parte vital del entorno, por lo que se han desarrollado estudios ecológicos precisos en esta área protegida que posee más de 300 especies vegetales en la selva mediana.
Tiene manglares, humedales y lagunas donde habitan jabalíes, tucanes, jaguar, tigrillo, además de cocodrilos, solo por mencionar solo algunos de los más de 200 especies de vertebrados que están en un estatus de protección.
Quintana Roo, es un estado con una riqueza natural invaluable; es importante crear una conciencia para su cuidado y sustentabilidad.
La biodiversidad que se encuentra da orgullo, ya que es también nos otorga identidad. La cultura maya se desarrolló en plenitud respetando y entendiendo su entorno.
Quienes habitamos el caribe mexicano, estamos obligados a cuidar a la flora y fauna, alejando las amenazas que pongan en riesgo su extinción.